Chilenos como nosotros
Como todos ya saben el viernes 2 de mayo, comenzó la tragedia de Chaitén con la erupción del volcán, que se encontraba a pocos kilómetros de este pueblo, provocando la emigración de los habitantes a localidades cercanas. Pasaron pocos días cuando el río fue tapado por las cenizas, desbordándolo y dejando a Chaitén bajo el agua.
Las consecuencias observadas por los contaminantes que el volcán liberó, impidieron la sobreviviencia de animales, observándose su triste pérdida, en las caras angustiadas de las personas, ya que la ayuda que se les pudo entregar a las especies solamente alcanzó para algunos, imposibilitando su alimentación e hidratación. El esfuerzo de las personas por superar la pérdida de sus cosas como su ganado, oficio difícil de conservar y el doloroso abandono de sus propiedades personales tales como; hogares, ropa, utensilios domésticos, cultivo, entre otros, fueron uno de los obstáculos mas difíciles de superar debido al afecto sentimental que las personas habían estrechado con esta tierra que más que su vida era su historia.
Todo esto fue motivo para que el corazón de Chile se abriera hacia estos miles de compatriotas afectados por un fenómeno natural que los obligó a abandonar más allá de sus bienes físicos, alcanzando en ellos un sentimiento de angustia e impotencia por el deber de huir en condiciones mínimas y precarias reprimiéndolos a escapar por sus propios medios.
No está de más mencionar el apoyo que entregaron los carabineros, las autoridades y las fuerzas armadas, indispensables para esta evacuación dolorosa he impredecible, que hasta el día de hoy afecta a miles de familias chilenas.
